En lo que ha ocurrido del año, se han presentado siete denuncias de acoso sexual en instituciones educativas de Medellín.  Ante esto, las más recientes protestas en la ciudad, dejaron imágenes como el plantón por parte de las estudiantes del CEFA, exigiendo la renuncia del profesor Carlos Mario Jaramillo, presunto acosador sexual, denunciado ya en Fiscalía.

Y es que la violencia sexual hacia las mujeres no es nueva, de hecho, todas las mujeres la han sentido de manera directa o indirecta. Lo que sí es nuevo es que poco a poco las están creyendo.  Lo que también es nuevo son las redes sociales, que han permitido modalidades como el escrache virtual, legitimada incluso por la Corte Constitucional.

Aunque los sucesos recientes se hacen desde el sector educativo, estos hechos se repiten en todas las esferas de la ciudad. En el Metro, por ejemplo, el 18% de las usuarias, aseguraron ser víctimas en este medio de transporte.

Ante estos hechos, la Administración Municipal dice haber creado líneas de atención y protocolo frente a estas agresiones. Sin embargo, este es un problema estructural y hasta una conducta patriarcal arraigada.

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